Blogia
Emma B. El diario de una chica de provincias

el rastro

A la una, el sol caldeaba con salero el aire madrugador. En el rastro, los puestos reventaban de mirones y taimados, sobre todo los de bolsos y camisas de falsos Prada, Gucci o Ralph Lauren, poco interés por las plantas y nada por la quincallería del fondo.

Mi puesto favorito es uno de ropa de segunda mano, especializado en chaquetas, pantalones y abrigos de piel. Me encanta ponerme esas chaquetas usadas por quién sabe en algún lugar del mundo, gastadas de tiempo, con alguna rozadura, cicatriz de un descuido al apoyarse en la balaustrada del Pont Neuf o con huellas de carmín recuerdo de un amor perdido. En esos instantes me siento arropada por el calor de unos extraños, una nueva piel con memoria me protege. Casi, casi puedo oler los perfumes de sus dueños. En abril, un chaquetón de piel con bordados de colores escondía en su cuello de cordero melenudo un ligero aroma a lavanda y patchouli, quizás recuerdo de sus días en Woodstock. Esta mañana había varios gorros de visón marrón muy de la bella Lara y un precioso casquete de astracán marrón con mini visera al estilo de las chicas Courréges de los sesenta. Made in France. Huele a restos de champán y madera. Ya no puedo seguir sin él a pesar de su forro maltrecho. Sé que sus dueñas me protegerán en las noches de destierro helado y mantendrán mi cabeza fría y el corazón caliente.

5 comentarios

Zeltia -

yo tengo reflexiones así con otros objetos; (joyas, cajas, libros, muebles, etc.) pero ponerme ropa de desconocidos, y más si conservan olores o perfumes, me da "cosa"...

emma -

pues no la verdad, nunca me ha picado la curiosidad por bajar. ¿tienes algo de interés?

Toisaras -

¿conoce Ud. la parte de abajo (del local, se entiende)del moro de la esquina?

emma -

¡q suerte su santa, un bolsito vintage -como diría la fashionista- y con sorpresa! su bolsito daría para alguna historia de charrimemorias.
aquí la niña guarda como un tesoro el libro de los dramas de Shakespeare traducidos por Moratín y Menéndez Pelayo, con ilustraciones de Sir John Gilbert, editado en 1933.

Toisaras -

En la inauguración hace años de una librería de viejo, mi santa vió entre los libros un bolsito como de fiesta,antiguo,coqueto, único.
Dada mi gran amistad con el propietario de la librería, me acerqué y le pregunté el precio. Me dijo que no estaba a la venta, que era para dar ambiente a una zona determinada.
Al día siguiente y mediante un propio, me envió el bolso, con una nota manuscrita que por lo divertida aún conservamos.
Ya en casa, abierto el envoltorio y el el bolso. Encontramos en su interior, confetis y una localidad del año 1927 del Teatro Liceo.
Siempre hemos pensado que el bolso se usó en uno de aquellos afamados bailes de carnaval, que se celebraban en el Liceo de Salamanca todos los años.
Por supuesto el bolso lo usa mi santa, en todos los BBC´s a los que por desgracia tenemos que acudir.
La naftalina es muestra amiga.