Las cigüeñas no dejan de picotear en los aleros de piedra. Los pasos resuenan en la calle Compañía. Huele a festivo y a Jorges.
Luce el sol, el aire ligero de luz hace brillar miles de portadas de libros bajo los arcos de la Plaza. Arthur Schintzler me tienta pero demasiado viejo. Demasiados zafones, muchos Noah Gordon, Ken Follet en sobredosis, seguimos a vueltas con el Harry Potter. “¿No tiene algo de vampiros?”
Libros de viejo con portadas enteladas, sobadas por manos inquietas, amigas o, tal vez, lascivas; palabras subrayadas señalan un pensamiento, un deseo, una pregunta, alguna luz. Bajo los arcos borbónicos me decido, nada de novelones, algo corto, breve. Más complicado de lo que pensaba, abundan los deseos entre enaguas y los sombreros sin cabeza. No le doy más vueltas, aquí al lado mi admirado Cortázar, un impulso, un recuerdo: ocho caras, ocho cuentos, cinco euros y ya tuve Octaedro.
En el siguiente arco me tientan las portadas carmesí —ya sabe usted, querido, es primavera—, las cañas y las novelitas de chicas. Los acordes de Paquito, chocolatero, terminan por entontecerme entre tanta portada de colorines.
—¿Ehhh!, caprichosa!, espabila. Estírate y regálame algo... —dice Misombra con aires de mandarín chino. LLeva un tiempo que no hay quien le pare los pies, un castigo de los infiernos.
—¡Uhm! Este… —dice señalando una portada roja y blanca con una foto de una pareja vestida años 40 en un paisaje helado, Una pasión parecida al miedo de Mary Ann Clark Bremer. Me gusta el título, que si no..., a buenas horas mangas verdes, te quedas sin regalito. Además, qué rara señorita coloca no sé cuantas citas de Burke en una nouvelle. Me intriga. Ya le contaré.
Me arrimo a los Mil cretinos del señor Monzó, y sus palabras me agarran del brazo “Es un bar importante, de renombre en el barrio, quizás con el mejor jamón de Barcelona, y unos codillos al horno —cocinados con cebolla, tomate, pimienta, vino blanco y coñac— de altísima calidad.” Definitivamente, tengo hambre. Nos vamos a comer.
“A vos que me leés, ¿no te habrá pasado eso que empieza en un sueño y vuelve en muchos sueños pero no es eso, no es solamente un sueño? Algo que está ahí pero dónde, cómo; algo que pasa soñando, claro, puro sueño pero después también ahí, de otra manera porque blanco y lleno de agujeros pero ahí mientas te cepillas los dientes, en el fondo de la taza del lavabo lo seguís viendo mientras escupís el dentífrico o metés la cara en el agua fría, y a , y ya adelgazándose pero prendido todavía al piyama, a la raíz de la lengua mientras calentás el café, ahí pero dónde, cómo, pegado a la mañana, con su silencio en el que ya entran los ruidos del día."