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Emma B. El diario de una chica de provincias

claveles rojos, viento y arena

Los vientos de Petra han enroscado las sábanas tendidas y revuelven el café sin cucharilla.    Una canción tantos años después estremece las tostadas bañadas en mermelada de higos. Grandola, vila morena, terra da fraternidade. Dos claveles vuelan azorados sin rumbo por las calles entre la nube de arena que ha madrugado por la ciclogenésis explosiva. Dentro de ti, ó cidade.  Para desayunar, hace unos 84000 años, los neandertales que acampaban a orillas del Jarama, se zamparon un mamut,  ajenos ambos a su  cercana extinción. Se ha hecho tarde para desayunar.  El cartero siempre llama dos veces antes de darse la vuelta y desaparecer, nos trae una carta amiga.   Em cada esquina um amigo.

Jurei ter por companheira

Grândola a tua vontade.

5 comentarios

emma -

ya los sabes, encanto, vuelve el romanticismo. chúpate esa!

Hyde -

Qué romántico todo

Toisaras -

No lo dude, me dejaría matar.

emma -

Si se ha dejado ir corriente abajo, el Duero, los viñedos y las palmeras y el alma de Amalia le habrán susurrado aquello de:

"Se eu soubesse
Se eu soubesse que morrendo
Tu me havias
Tu me havias de chorar
Por uma lagrima
Por uma lagrima tua
Que alegria
Me deixaria matar"

Toisaras -

El lunes volví a Pocinho y pensé en Ud. y en los claveles.
El Duero tenía cara de no enterarse de lo que pasa pero a mí no me engaña, sabe mas de lo que aparenta, pero como portugues calla y observa
! Ai, que lindeza tamanha, olhar ceguinho de choro !
Así lo canta Amalia, y así se lo digo yo.