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Emma B. El diario de una chica de provincias

lazarillo


Salíamos de la estación de Hostafrancs, un rumor de letanía se acercaba desde el vagón contiguo. Dos mujeres con faldas largas, gastadas y sucias caminaban despacio entonando una bella y triste canción en una lengua lejana. La más joven de melena morena, ojos pequeños y tiernos, ejercía de lazarillo de la vieja cantante de tez raída y ojos ciegos, con una pañuelo de flores marchitas en la cabeza. Recorrieron despacio el vagón, sin enmudecer su cántico, sin reclamar tan siquiera unas monedas. Continuaron su camino subterráneo.

Decía Manuel Vicent este domingo en El País que Las mujeres de Matisse dan la sensación de que se lo están pasando siempre muy bien. El pintor las imaginaba dormidas o recostadas en un diván, desperezándose voluptuosamente, en un interior cargado de colores calientes con el mar en la ventana.

Mis mujeres caminaban a tientas en el vagón de miradas abstraídas, sin un mar en las ventanas.



2 comentarios

emma -

me gusta ese título de "Pascua y naranjas", querido, tendré que leerlo. A este paso necesitaré doble ración de vacaciones para leer todas sus recomendaciones. un beso helado

Toisaras -

Tiene que haber de todo, como en botica. Opulencia y pobreza,luz de mar y sombra de suburbano.
Desnudos galantes y vestidos miserables.
No sé si en alguna ocasión hablando de Manuel Vicent, he comentado lo bueno que es el libro "Pascua y naranjas" tiene un pasaje con una mendiga bajo un puente, que es obra maestra.