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Emma B. El diario de una chica de provincias

Un seductor descubrimiento: Las mujeres de Van Dongen en el museo Picasso.


"Se sujetaba leve a su brazo, tan levemente como cuando bailó con él antes. Se sintió orgulloso y feliz entonces: feliz de estar con ella, orgulloso de su gracia y su porte señorial. Pero ahora, después de reavivar tantos recuerdos, el primer contacto con su cuerpo, armonioso y extraño y perfumado, produjo en él una agudo latido de lujuria. Aprovechándose de su silencio, le apretó el brazo de su costado;>>

Los muertos. Dublineses. James Joyce.

2 comentarios

emma -

yo querría recordar el olor del trigo requemado después del aguacero tormentoso.
Y el olor de las noches de verano: geranios, jazmines, madreselvas, piedra ardiente, petunias, aceites y especias de las cocinas...

(Voy a tener que haceerle caso con lo de M. Vicent, querido)

toisaras -

" Si basta con un solo verso insigne para que un poeta vulgar se salve y un escritor mediocre puede pasar a la inmortalidad por un frase feliz que haga fortuna en plazas y mercados, también será suficiente recordar en el lecho de muerte el perfume de una rosa o el sabor de una anchoa para que toda una vida tenga sentido...

La Gloria. Nadie muere la víspera. Manuel Vicent