espejismos
En los pueblos fronterizos miran el paso de los trenes, las rutas desiertas de Tozeur, dice Battiato en su canción. Cerca de la frontera con Argelia y de las estribaciones del Atlas, pedregosas, resecas , asfixiantes, duras, la vieja Thusurus romana respira aliviada gracias al gran oasis de mil hectáreas y doscientas mil palmeras que dan sombra y humedad a las granadas, jazmines, tomates o plataneras que crecen entre palmera y palmera.
Ya no volveremos a encontrar otra colina verde hasta Douz. En medio el gran eufemismo del lago salado: Chott el Jerid, en el  que casi toda el agua se ha evaporado después de un largo y cálido verano. Un desierto salino en esta época otoñal,  tan sólo quedan  algunas charcas de múltiples colores: rosas, azules, rojas o grises, según la densidad y composición  del agua; charcas de  bordes blanquecinos o grises en esta vasta y estéril  estepa de un blanco nevado que choca con el calor sofocante del ambiente.  Aquí no  hay el frío helador de la tundra rusa deslumbrante  bajo el sol; aquí  la llanura es de un blanco nieve, con reflejos violáceos o plateados,   la luz cegadora del  sol de la tarde se refleja en demasiados cristales del sal,  un viento húmedo y denso, cargado de polvo del desierto ahoga la garganta,  la neblina en el horizonte difumina el abismo entre el cielo y la tierra. Las gaviotas apiñadas sobre los acantilados escuchan el batir de las olas.  A los lejos,  los espejismos.    
Este inmenso desierto helado  es el paisaje de la música de mi admirado Anouar Brahem, el tunecino  de laúd sereno y cálido.  Después de esta travesía por los territorios que poseen la belleza de lo sencillo, a unas decenas de kilómetros, Douz,  la puerta del Sahara. A un lado otro enorme oasis de palmeras Deglat Nur dedos de luz, las que producen los mejores dátiles del mundo;  al  otro lado de la ciudad las primeras y raquíticas dunas del Sahara,  arena pulverizada,  otro de los paisajes del tunecino.  
 
       
		
2 comentarios
emma -
Toisaras -
Recomendación: Del citado autor "El viaje de Baldassare"
Aquí todo de lo hortera, comiendo dátiles sólo en Navidad.
Póngase colirio de vz en cuando, que sus ojos no pierdan el resplandor y la vida por los que yo muero y mato.