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"Oyendo los gritos de alegría que subían de la ciudad, Rieux tenía presente que esta alegría está siempre amenazada. Pues él sabía que esta muchedumbre dichosa ignoraba lo que se puede leer en los libros, que el bacilo de la pese no muere ni desaparece jamás, que puede permanecer durante decenios dormido en los muebles, en la ropa, que espera pacientemente en las alcobas, en las bodegas, en las maletas, en los pañuelos y los papeles, y que puede llegar un día en la peste, para desgracia y enseñanza de los hombres, despierte a sus ratas y las mande a morir a una ciudad dichosa."
En fin, lo mismito que dijo dña. Rosalía: "Cando unha peste arrebata, homes tras homes, non hai máis que enterrar de presa os mortos, baixala frente, e esperar. Que pasen as correntes apestadas...¡Qué pasen.., que outras virán!
1 comentario
Toisaras -
Debe ser la lluvia.
No sueñe con ratas, hay cosas más bonitas. Ud. que interpreta la vida desde el realismo, y va y se fija en las alcantarillas.
!Mire al cielo!
Estoy como loco por probar todos los sabores de helados que encuentro a mi paso. Cada día me sorprende más la industria del helado. Que cosas tan ricas. ¿verdad, hija?
Un beso en cucurucho.