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Emma B. El diario de una chica de provincias


Cementerio judío de Cracovia.


Pienso: tal vez el sufrimiento sea arrojado a las multitudes a puñados y tal vez la mayor parte caiga sobre unos y un poco o nada sobre los demás. No el dolor, no las piernas torpes de manchas negras, no las costillas partidas que se unen entre la sangre pisada, no la cabeza que se rompe en tentáculos como rayos, no la piel de las pasiones agotadas que abren hondas grietas en la carne como latigazos de una impotencia absoluta; sino el sufrimiento, permanente y constante, como todos los huesos expuestos que atraviesan los músculos y la piel.

Nadie nos mira. JOSE LUIS PEIXOTO.

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