En el viento había gotas de lluvia. El polvo de las aceras se recogía entre los pliegues de la falda, sepultado bajo las suelas de los zapatos. Las nubes ofuscadas sudaban tinta china en su galope hacia el oeste. Las hojas de las acacias llamaban a las ventanas, caían desplomadas en los balcones. Las horas zarandeaban los escalofríos de los caminantes. Y a las once de la noche comenzó a llover. En el agua de lluvia no había viento.
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emma -
Rubia Manchega -
emma -
Ana -
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Hyde -