chimenea del diablo
Se confunde la línea de las alas
en los roquedos grises, sigue el vuelo
las grietas y los líquenes, se posa
en una sombra de su forma el águila.
La cascada invisible bajo el musgo
hace olvido las amenazas. Manos
y garras solicitan asidero.
Irrumpe el sol y la ladera dulce.
El esqueleto de la zorra marca
la divisoria de la lluvia. Vamos,
vienen los cazadores.
El agua de la fuente se ha cerrado,
una raya de frío se ha trazado en tu frente.
Aníbal Núñez (diciembre, 1983).
2 comentarios
emma -
Toisaras -