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Emma B. El diario de una chica de provincias

los sueños de Helena

Aquella noche hacían cola los sueños, queriendo ser soñados, pero Helena no podía soñarlos a todos, no había manera. Uno de los sueños, desconocido, se recomendaba:

- Suéñeme, que le conviene. Suéñeme, que le va a gustar.

Hacían la cola unos cuantos sueños nuevos, jamás soñados, pero Helena reconocía el sueño bobo, que siempre volvía, ese pesado, y a otros sueños cómicos o sombríos que eran viejos conocidos de sus noches de mucho volar.

El libro de los abrazos. Eduardo Galeano.

2 comentarios

emma -

la verdad, si sueña con la señorita Gaos de Furtivos no me extraña que amanezca tiritando. espero que soñar conmigo le tranquilice.
una mantiene a los sueños a raya, y anda de hombrecitos.

Toisaras -

Antes tenía pesadillas en las que aparecía Lola Gaos, todo de lo malo.
Ahora sueño con Ud., todo de lo bueno.