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Emma B. El diario de una chica de provincias

sans adieu 1, 2, 3

Pero..., este majadero no va a dejar de largar? ¡Qué voy a saber yo de válvulas, so pelma! Que se lo cuente al jefe. Sí, ya tengo la tarjeta, pesado.

—Sí, Paquita, tengo unos precios increíbles. Mejores precios que la competencia, dónde vamos a parar. Este año arrasamos.

Qué mujer, por dios, con ese jersey ajustadito y ese par de melones. Y que no se dé la vuelta, porque como me enseñe el trasero y la raja de la falda... Si ya no sé lo que le digo. Y cómo huele, qué finura. Cada vez que vengo un perfume diferente. Esta no gana para perfumes. ¡Qué olor!, si parece que le nace del canalillo.

—Y los catálogos? Que me dice.... como puede ver impecables. El mejor papel, y todo muy detallado, todos materiales, las diferentes medidas, todos los precios.

¿Esta mujer que hace con la tarjeta? La acaba de doblar por una esquina. ¡Anda!, y ahora la arruga. Será boba, si aún le voy a tener que dejar otra.

¿Y éste qué mira?. Como no deje de mirarme se lo pregunto: ¿Y tú qué miras, listo? Y se queda tieso, porque estos viajantes mucho rajar y luego na.

Dale con la tarjeta, pero esta mujer está histérica, la ha tomado con la tarjeta. ¿A que la deja pa la rastre? Ya verás. ¡Ay, ahora!, ahora se ha apoyado en el mostrador. ¡Qué mareo, jesús! Si ya no puedo respirar. Pero qué tufo! Esto ya no es perfume, es una peste, esto aplatana

—Me permite una pregunta, Paquita,
—Sí, faltaría más.
—Ese perfume que usa, que huele tan bien, ¿de qué marca es? Es por curiosidad sabe, es la primera vez...
—Es francés. Me lo regaló el jefe. De cuando fue a París. Una reliquia o algo así, me dijo. Se llama Sans Adieu. Aquí no se encuentra. Muy caro.

San adié, san adié, dice ésta en plan finolis como si supiese francés. Anda que te voy a dar rubia salerosa. Si esto huele que se las pela, no hay quien lo aguante. Huele a vieja. Ahora, para colmo, me pica la nariz. Parece que tuviera pimienta, o sabe dios qué. ¡Joder! Qué calvario. Esto no hay quien lo aguante. ¡Anda!, y esta tonta ha acabado con la tarjeta, la ha estrujado por completo, la ha dejado hecha un gurrullo.

—Atchiiiiis, atchisss, atchis...

Lo que faltaba. Ahora, el pringado éste no para de toser y rajar al mismo tiempo.

—Lo siento, Paquita, pero tengo que dejarla. ¡Atchisss! Aún me quedan varias visitas por hacer. Uy, qué catarro éste. Le dejo una tarjeta y los catálogos para su jefe. ¡Aattchiss! Y hale a seguir así...

“Muy caro” le ha dicho el otro jetas a ésta incauta. De dónde habrá sacado esa peste de perfume. De París... Ya me gustaría verlo.


6 comentarios

emma -

nada más llegar mi paquita se puso manos a la obra con sus conchas de txangurro, dispuesta a dejarlas más rojas y brillantes que nunca. En un golpe de mar, mientras frotaba con ahínco el scoht brite, una de las púas del txangurro se le clavó en la yugular, directa, hasta el fondo, como un mordisco de vampiro. "Será mala suerte", pensaba mi paquita en su fugaz agonía, "con lo ricas que estaban y lo bien que me habían sentado."

Moraleja: Poco dura la alegria en la casa del pobre

un beso y feliz finde. "tiene que llover a cántaros"

Toisaras -

Ella hacendosa recogió por las mesas las conchas del txangurro, las más grandes, que una vez lavadas y con una mano de esmalte, quedan la mar de bonitas en la casa de la parcela, puestas en el pasillo ó en el "recibidor" junto a la paella disecada con forma de reloj, que trajo de Valencia en un viaje de esos de dos días que te venden una plancha ó una manta eléctrica.

emma -

mi Paquita estaba radiante. Lástima que en Bilbao hacía un día de perros, y entre el viento y la lluvia la dejaron sin tirabuzones, menos mal que ella es muy apañá y con las dos horquillas se armó un nuevo recogido. Nada pudo amargarle el atracón de marisco.

Toisaras -

Sepa que Paquita está invitada a la boda de una prima de su marido, que a la sazón vive en Bilbao.
Ya a decidido que el vestido para la boda lo comprará sin salir de la "rue cutre", esto es Pozo Amarillo.
Tiene visto uno en Almacenes Ara, pero le gusta mas otro de Modas Pacheco, que tiene un chal color ala de mosca.
Las sandalias se las va a comprar en calzados Pajuelo (dan el pego) y el bolso de fiesta, se lo deja Reme, de cuando la boda del Juanra.
Como la boda es por la tarde, salen de aquí por la mañana, y así ella va peinada de casa. Su prima Manoli que hizo un módulo de F.P. rama peluquería, la va a peinar con un recogido y unos tirabuzones que le caigan a ambos lados de la cara.
Si le pica a Ud. la curiosidad
ya le contaré lo que se va a poner el Iván (marido de Paquita) para la boda en el Bocho.

emma -

además no se desata, y el niño dejará de andar hecho un jesucristo de tanto pisarse los cordones. La Pitu se emperró en ponerse tres coleteros a la vez, uno de cada color. Y mi Paquita cargó toda la tarde con las palmas de las criaturas. (madre no hay más que una).

Toisaras -

El aroma que le sale a la jamona del canalillo, es de una muestra que le dieron en el Avenida de Comuneros, un día que fué a comprar Pato w.c. y Nivea. También compró un cartoncito de coleteros para la Vane (en casa la llaman Pitu) la pobre cría no tenía nada para estrenar el Domingo de Ramos.
El niño, Josué, estrenó para ver la procesión unas deportivas con cierre "Belcor"
que es mas cómodo que los cordones.