les poissons rouges
Otro día más los riscos escarpados de la montaña de Adeje se recortan sobre un cielo azul de verano sureño. En la costa una llanura azul agita sus olas sobre playas de arena gris. Bajo este sol radiante tu ausencia suena machacona como un grifo que gotea. En la calle nadie sigue mis pasos. Las lunas de los escaparates no reflejan sombras fugaces. En este mar no hay algas, ni peces rojos, todo es transparente sin una sombra bajo el agua. Nadie ocupa el otro lado de la toalla. Nadie deja huellas en la arena, huellas menudas y sigilosas tras mis pasos.
Con este sol , ajena a mis pesares misombra duerme en un armario entre sábanas y abrigos, a miles de kilómetros. ¡Cómo pude olvidarla!
Vuelvo a encontrarme con Marina Tsvietaieva en el libro de Pitol que estoy leyendo: El viaje.
Soy una sombra de la sombra de alguien. Marina Tsvietaieva
13 comentarios
Toisaras -
Debe Ud. moderar, bien el ímpetu, bien la temperarura...
Quedo a la recíproca.
emma -
Toisaras -
Lástima que Zara no venda ropa de amianto...
emma -
toisaras, querido, me temo que misombra no se deja hacer o la quemas o te abrasa. un beso
Toisaras -
Darco -
Y si Emma, recuerdo los viejos tiempos, cuando Finito estaba "poco fino" y te daba caña por estos lares ;-)
emma -
gracias, finito, por cuidarme un poquito.
Finito de Aldeateja -a la sazón novillero- -
Toisaras -
A la sombra (las buenas sombras) lo que mejor le va es, el sol natural por supuesto, pero cuando son más sombra, es cuando también hay sol por dentro. Como lucecitas...
Entonces, y lo tengo comprobado, son unas sombras como más fresquitas.
Pruebe y me dirá.
Saludos.
emma -
Toisaras -
Le pones un pañito por encima y no muy caliente la plancha, ya sabes que la sombra y el alma son muy sensibles para según que cosas...
emma -
Un besito y tirón de orejas
Andres -