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Emma B. El diario de una chica de provincias

desayuno

El trigo verde sueña aterido bajo una manta de escarcha. Los pajaritos prendidos en los cables eléctricos desayunan al sol. En Valencia, Alba estrena unas manos delgadas y torpes; levanta con tiento su taza de café y sonríe. No puede dejar de mirarlas: "Son preciosas". Es martes; cuarto menguante.

6 comentarios

Toisaras -

En el anterior comentario se me olvidó decir que el final de sus zancas que beso es el de abajo.
No vaya a ser que...
(la gente es muy mala)

Toisaras -

Tanto que parezco un escaparate de Milano, estoy entre el negro, gris marengo, azul marino, a veces un toque de marrón carmelita, puede que algún día me atreva con el beige.
Tan solo me separa de la mediocridad el largo de mis pestañas.
Beso el final de sus zancas.

emma -

está hecho un clásico, querido.

Toisaras -

Lo de la silicona no lo aguanto, jaté. Me muero por las señoras esas que como dicen los clásicos se ajamonan y no necesitan mas afeite que el de sobaco (con perdon) y piernas de cuando en vez.
Tampoco aguanto el modelo "huevo frito" ó "pasa de Málaga"
Quedo de Ud. tan suyo, que casi no me pertenezco.

emma -

la verdad, creo que me más yuyu pensar en bolsitas de silicona entre los pliegues de los senos o las comisuras de los labios ¿no?

Toisaras -

Esto de los implantes está bien, te soluciona la vida en todo ó en parte. Te hace verte mejor, mas guap@,mas joven. Todo de agradecer.
Pero jamía hay cosas que hacerlas un suponer con las manos de otr@, da yu-yu ¿no?
En esta ocasión le permito a Ud. que piense mal.
Si sus manos son suyas, santigüese una vez haya pecado de pensamiento, yo por mi parte la perdono.
Ego te absolvo, querida.