jueves
Era una mañana rugosa y oscura que estrujaba el corazón entre las bocinas de los coches. Pasaron las horas, las arrugas se convirtieron en gotas de lluvia. A eso de las seis de la tarde, el corazón salió por los aires. Cuando llega la noche, el cielo llamea sobre el asfalto mojado.
"El agua es para apagar el Infierno; el fuego, para incendiar el Paraíso". Jeremy Taylor (1613-1667) en El libro del Cielo y el Infierno. Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares.
3 comentarios
Toisaras -
Vale.
emma -
(gracias por recordarme al señor Pablo. tiene usted toda la razón... un beso anónimo querido)
Anónimo -
Pablo Neruda.