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Emma B. El diario de una chica de provincias

marianne faithfull


Antes de la guerra, bajo las doradas molduras románticas y la araña de cristal del salón de baile del Círculo de Bellas Artes, las jóvenes aristocráticas madrileñas seducían con sus bailes entre un fru-fru de sedas y tules; el sábado pasado la hija de la baronesa von Sacher-Masoch, Marianne Faithfull, sedujo a la concurrencia con su voz cruda y profunda y sus intensos ojos azules, a pesar de la blusa cursi de señora inglesa de vacaciones en Benidorm.

Con un cuarto de hora de retraso, sin probar sonido y con un "focking cold", MF comenzó su primer concierto en Madrid, después muchos años, como una auténtica my lady: "Thank you ladys and gentelmans...". Un concierto intimista, cercano —más de sentados que de pies y con el cuello al límite de la distensión— en el que cantó dieciséis temas de su larga carrera: desde As tears go by —la primera canción escrita por Jagger y Richards— con una voz cargada de autodestrucción y noches al relente en las calles del Soho, nada que ver con la inocente y modosita de los años 60; Vagabond ways; Love & Money, Something Good de su album Kissin Time; a Crazy love del señor Nick Cave, de su último disco Before the Poison. Solo faltaron algunos de sus temas de Bertolt Brecht y Kut Weill, una pena!

My lady con sus 61 años, sus kilos, su cáncer a cuestas y su tatuaje de mano, vibraba feliz en el escenario, parloteaba, agradecía los piropos, se acercaba al atril y con elegancia se ponía las gafas de ver entre canción y canción, bebía té y sorbos de agua que rodaban mentón abajo, rebosaba energía, generosa, como sólo los supervivientes saben hacerlo. Un único bis, el maravilloso Don't forget me de Harry Nilsson.

3 comentarios

Toisaras -

Se imagina Ud. a Pollo el gitano, mano a mano con Chejov, sentados en la barra de la Covachuela, tomándose unas jarras de vino y unos pinchos de farinato de los que tan bien hacía la viuda de Maese Antonio "Covachuela"
Pa verlo, my lady, pa verlo.
Recibí su beso que guardo junto a los otros.

emma -

la verdad querido, lo del mini-pull rosa y las canciones de María de Ostiz dan para un cuentín en plan Chejov sobre un estudiante de provincias.
Por cierto, se le ha olvidado Cecilia con ese toque afrancesado.
un beso

Toisaras -

!que horror! como pasa el tiempo, que viejo me hago sin casi darme cuenta. Cuando esta sra. y su "morritos" causaban estupor a la sociedad por su forma de vida (que yo envidiaba) un servidor se paseaba por el Cervantes y la Covachuela, embutido en un mini-pull de color rosa que compré en Siro Gay y ademas calzaba unos botines con tacón "rodao" que también compré en Calzados Bonifacio.
De noche al Pippers, tomando medios Dyc y fumando Tres Carabelas.
Como verá Ud, querida, todo del glamour.
Para compesar nos teníamos que conformar con escuchar a las inefables María Ostiz y Jeanette.
Ande, recuerde lo de "un pueblo es, un pueblo es, un pueblo es..." y lo de "yo soy rebelde por que el mundo me ha hecho así..."
Todo de la risa ¿no cree?
Beso su mano.