la huida
"Cuando me tumbaba en el cama y trataba de pensar en ella, mi cabeza se quedaba en blanco. No podía verla. Y entonces sacaba sus fotografías y las miraba. Nada, no había nada que hacer. Era como si no la viera. ¿Puedes imaginarlo? (...)
Pero un pedazo de cristal inesperado en la acera, o una canción de moneda en un gramófono automático, una sombra en una pared por la noche, y recordaba. A veces eso ocurría por la calle y yo me echaba a llorar y me golpeaba la cabeza contra un farol. ¿Me comprendes?
Un trozo de cristal... dijo el chico.
Cualquier cosa. Daba vueltas por ahí y no tenía poder sobre cómo y cuándo recordarla. Uno cree que se puede poner encima una especie de blindaje. Pero el recuerdo no viene al hombre así, de frente, viene por las esquinas, dando rodeos. Estaba a merced de todo lo que oía o veía. De repente, en vez de ser yo el que atravesara el país para encontrarla, empezó a perseguirme en mi propia alma. Ella persiguiéndome a mí, ¡fíjate! Y en mi alma."
Un árbol, una roca, una nube. Carson McCullers.
2 comentarios
emma -
¡qué frío, por dios! estoy tiritando sólo de ver este especial jardines y terrazas que me acaba de regalar mister LEroy Merlin.
Toisaras -
El amor es lo que tiene...