gorilas en la niebla
No sé si ha pasado fin de año o el fiestorrón del jueves fue solo un aviso, y estoy en la nueva década o todavía no he llegado ni al sorteo de Navidad. Milanzarote prohibió la celebración estudiantil pero, querido, no se pueden poner puertas al campo..., y ni los municipales, ni la niebla amilanaron a las manadas dispuestas en la plazas y calles de charricity. Entre el empacho de gominolas de la nochevieja, la resaca y la niebla estoy un tanto perdida. Miento, gracias al paseo vespertino de esta tarde de olor de invierno y aire marcial, las cataratas de luciérnagas colgantes de la Gran Vía, y los árboles forrados de lucecitas de la plaza de España, y las campanitas suspendidas sobre nuestras cabezas en las calles del centro han terminado por situarme: Navidad.
Allá en el sur, al sol, la Navidad es azulada, huele a mar y arrastra las piedras hasta la orilla, clama en un desierto de lava: Merry Christmas, y tumbada sobre la arena sacia los oídos con rumores de palmeras. Y despista, todo eso también despista mucho. Casi tanto como a Milanzarote la nochevieja de los treinta mil gorilas en la niebla dispuestos a convertir su ciudad en "el Chicago de los años veinte".
Allá en el sur, al sol, la Navidad es azulada, huele a mar y arrastra las piedras hasta la orilla, clama en un desierto de lava: Merry Christmas, y tumbada sobre la arena sacia los oídos con rumores de palmeras. Y despista, todo eso también despista mucho. Casi tanto como a Milanzarote la nochevieja de los treinta mil gorilas en la niebla dispuestos a convertir su ciudad en "el Chicago de los años veinte".
2 comentarios
emma -
Zeltia -
tan lejos.
no tenía ni idea de esa peculiar forma de despedir el año por los estudiantes.
muy creativos tampoco son... pero bueno, mientras haya una excusa para beber, feliz nocheviejaaaaaa