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Emma B. El diario de una chica de provincias

en provincias

polillas

polillas

 

 

 

Tengo los pensamientos de mi balcón en días de agonía. Ni los baños de sol y agua pueden hacer nada. El pensamiento naranja arrastra sus tallitos y flores en una última cena inútil, se mantienen con gallardía los pensamientos violetas y naranjas. De aplaudir pero… , sus días están contados, como el coronel  lo suyo es la Crónica de una muerte anunciada.  Esta noche entre sus flores y hojas, al fresco de la tierra mojada se escondían las mariposas polillas, inquilinas  vampíricas, engullidoras de savia moribunda.  Ha vuelto la plaga de madame Butterfly.


 (Fotografía: Instalación de Carlos Amorales - Black Cloud) 

Todo lo que tengo lo llevo conmigo. Y una cerveza y tus lunares.

Todo lo que tengo lo llevo conmigo. Herta Muller. 

aguas turbulentas

aguas turbulentas

 

 

 

Ha pasado el equinoccio, el viernes santo, la pascua y ha llegado San Benito. Una nube blanca, diez nubes grises. El musgo va cubriendo lentamente la piel quejumbrosa. 10:58 en la pantalla. Infojobs permanece anclado en su estúpido standby. Nadie te reclama. Apuro otro trago de café. Desde la ventana observo las nubes que pasan oscuras, cargadas de lluvia. La tostada cae al suelo. Me inclino con desmaña para recogerla. Cruje el coxis, chirría la columna. Los huesos crepitan a punto de astillarse. Diagnóstico: fragilidad  invernal adquirida.  El charco del parque de Salesas no ha perdido ni un decilitro. El Tormes revienta en aspavientos. Las orillas han rebasado los límites, las olas golpean el pantalán de la ribera. Las olas golpean el pantalán de la ribera, han anegado los matorrales, los olmos. Tú recuerdas un sueño imposible de aguas turbulentas

ramos de domingo

 

Desde la ventana  veo el  sauce llorón con ramas colgantes tachonadas de pequeñas yemas verdes. El viento las arrastra. Un trago de café y dos magdalenas. El frío en la garganta.   Nubes grises de acero estriado. Un chaparrón. Cierzo sin respiro. Sol en cubitos. Inquietud. El vestido planchado, la chaqueta con etiqueta, los pantys negros estirados sobre la cama.  Un ramo de olivo en la maceta de los narcisos.  Gotas de lluvia en el viento. Las botas bajo la cama. Comida vegetariana para un domingo de ramos. Periódicos en la pantalla: ¡La borriquilla  sale en procesión!  Qué tranquilidad. Un respirar… Recojo la ropa, cuelgo el ramo de olivo en el balcón. Suena el teléfono. ¿Vienes al cine? Los amantes pasajeros nos esperan. Ya puedo irme al cine.

primavera

primavera

 

 

Calle del Silencio, 7:50,  1 bajo cero.  El recuerdo  de tus caricias se estrella contra el cabello revuelto. Sábanas mojadas.  Sueños infames.


Plaza de Anaya, 12:02 pm,   11 grados. El recuerdo de tus caricias  se esconde bajo el cabello revuelto.  Astronómica primavera.  El crotoreo ruidoso de las cigüeñas impide escuchar tus deseos. El verde distraído de cipreses derrama el castigo de la conquista fácil.


Calle de las Úrsulas, 22:17 pm, 7 grados. El frío baja del cielo. Las puertas del convento esconden las vírgenes de luto. El placer no viene a cenar.  

 

cosí fan tutte

 

 

Una nieve tan fina como una loncha de jamón ibérico perfilaba los tejados de la ciudad, en una mañana de sábado con un sol esmirriado.  Tan escuálido como el índice de mi  subprime,  tanto, tanto que  no he tenido más remedio que recortar (hemos recortado  —cosí fan tutte—) las salidas nocturnas, con un día a la semana vamos sobradas, y esta semana tocó sábado. Este frío que hiela la cabellera es más propio de noche con mantita, chimenea y agenda de contactos…,  pero F  ha comprado las entadas para Subprime. Al Liceo nos vamos envueltas en pieles del ártico.

Atreverse con estos temas de denuncia política  a estas alturas de cómo va la patria es de alto riesgo,  corres el peligro quedarte out en un mes; y  esto es lo que le ha pasado al señor autor.  Subprime no sorprende, ni ironiza, ni escandaliza, ni ná..., es más se han quedado cortos.  ¡Niños!, que ya vamos por que el innombrable —en nómina hasta antes de ayer—  ha realizado una declaración notarial de donaciones de empresas y pagos para desvelar en caso de que acabar en la trena, las escuchas van camino de remontar el amazonas hasta Iquitos.  Subprime se queda corta, enana,  hay más imaginería de chantajes,  escuchas, corrupciones y restos en el día a día que en esta ficción raquítica.   Y con este porte de para esto no pago 20 eurazos, me leo la prensa online más completita de escándalos,   y de  si lo sé no vengo,  volvimos al frío a la hora de Cenicienta. Directas  a la fiesta del castillo en busca del príncipe con zapatitos  de cristal.   

 

 

 

 

 The Asteroids Galaxy Tour ayer en Salamanca. Apenas se escucha pero no hay otro.

 

  

 

viernes santo

viernes santo

 

 

 

España y yo somos así señora.

 

 

liquidamos en frío

Mediodía en la plaza Mayor. EN FEBRERO MAS REBAJAS. Los zapatos de Chie Mihara: 290, 235, 169, 129. ¿Llegarán a 100? LIQUIDACIóN POR CIERRE. Se alquila local. Diez pasos sin doblar la esquina: LOCAL EN ALQUILER. En el quiosco de los soportales: 4.599.289 parados en enero 2012. Las joyerías resisten. No soldes. BAJO EN ALQUILER.

El sol liquidado, se ajusta a dos grados bajo cero.

Los presidentes de bancos y cajas ayudadas cobrarán como máximo 600.000 euros.

3as REBAJAS. En Febrero más barato.  

El viento agrieta  las banderas que ondean en el balcón del Ayuntamiento. El sol se refleja en tu gorro de colorines, y aquellos ojos cansados de la noche achican el frío a dentelladas.

El Círculo Cívico de Opinión ha pedido hoy una rebaja del salario mínimo (641,4 euros)  para los jóvenes con el fin de reducir los costes laborales y fomentar su  contratación.

El viento traza espirales sobre las aguas turbias del Tormes.

El sol se pone en Vistahermosa.

 

 

“Mediodía en Unión Square. Liquidación por cambio de domicilio. HEMOS COMETIDO UN ERROR ENORME. De rodillas sobre el asfaltado polvoriento, los limpiabotas sacan brillo al calzado, botas, zapatos bajos, zapatos de color, botinas de botones, oxfords. El sol brilla como una flor en cada puntera recién lustrada.”

(Manhattan Transfer. John dos Passos)

 

brillante navidad

A estas alturas, después de cuatro semanas de brillos, campanitas, arbolitos y bolas rojas, tengo tal  empacho de luces navideñas que al ver el nuevo belén de brillantina instalado en la plaza Mayor, una bola lumínica ha crecido en el estómago, sus jugos se han desbordado y buscan hueco en el intestino; tal es su intensidad  que me tiene llena sin probar bocado, y eso que ni he tocado el turrón y los polvorones. ¿Será un virus? Hay quién dice que las luces no se digieren se apagan. ¿Tendré que seguir sin probar bocado hasta el 10 de enero? ¿Tendré que inocularme alguna de esas bacterias que se zampan el petróleo?    ¿Serán muy caras? Con los tiempos que corren y mi crisis salarial infinita, tendré que recurrir al dinero rápido. No, nada de lo estáis pensado, no me refiero a un pelotazo urbanístico en el Levante o en Los Alcaldes. Será más socorrido dado lo maltrecho del ladrillo recurrir  a la venta de oro.

 LA SOLUCIÓN

DINERO RAPIDO Y AL INSTANTE

Compramos todo tipo de joyas de oro, plata, platino, brillantes, lingotes, monedas, relojes, cuberterías, etc..

No dude en vender sus joyas: joyas rotas, regalos de exparejas, herencias, obtener dinero rápido y al instante,  o para realizar sus sueños. 

 Venderé los regalos de todos mis ex: el joyón que regaló el pijo una tarde romántica de primavera, la pulsera de prometida en ciernes, el brillante de una pasión al bies… ¡Dios me quedaré desnuda!

canalejas en un cuarto

 

Martes 11 de octubre, dos de la tarde. El panel electrónico de la plaza de Brujas informa: Paseo de Canalejas RETENCION.  27 grados. Cuando mi neurona se despierta ya estoy encerrada en el carril izquierdo con un Fiat azul delante y una furgoneta en el trasero. Petrificada. ¡Joder,  sólo salen chicas por esa puerta! Facultad de Educación.  A mi derecha un todo terreno negro con un tipo de cráneo afeitado que me mira  desde arriba.  Los jefazos Caixa Galicia se aplican sueldos y jubilaciones de políticos, la exdirectora de la CAM se endilga más 360.000 euros de pensión vitalicia. Y esto… ¿por hundir sus chiringuitos? El pelado del todo terreno esboza una sonrisa de sorna ¿Ha escuchado mis pensamientos? ¿Funciona la telepatía? Arrancamos. ¿Se puede ligar en un atasco? Con un poco se suerte paso el semáforo. No la hubo. Ahora en primera línea de batalla. ¿Qué pasa hoy? ¿Volvemos todos juntos para no perdernos? 

Salen los niños de los jesuitas,  veloces sin mirar a los lados. Quiero que mi carril suba así de rápido.  ¿Por qué mi carril  no avanza? Siempre más lento,  la otra orilla se escapa y yo sin moverme. La marquesa del Audi vigila atenta  mis bamboleos hacia su parcelita de calzada por si le rayo el auto.

Un japonés -¿chino, coreano?  ¿Por qué no los distingo? ¿Ellos tampoco se distinguirán?- baja trotando por la acera soleada ¡Dios corriendo con este calor! ¿Qué fiebre les ha entrado a los chicos por correr?  El estanquero acaba meterse entre pecho espalda casi trece horas poli-maratón a 30 grados. ¿Se puede estar  6 horas corriendo en bicicleta después de haberse metido 1h 17’ nadando entre medusas? Claro que si una te pasa la patita por la nariz se acabó la carrerita. Y si luego corres 5 horas, ¿se rompen los tendones, agrietan los huesos? Parece que no, el niño ¡vive!, acabo de verlo. ¿Cuanta agua necesitas para sobrevivir? Arranco. Nos movemos.  Dice que se bebió 24 litros durante el viajecito en bicicleta. Me parecen muchos así de repente. Dice que, al  final ya no sudas,  y la sal se cristaliza sobre la piel. Llego a la altura de motos Dakar, volvemos a parar. Algún metro más… ¡por caridad! ¿Cuántos metros se recorren 5 horas corriendo? ¿Después de ese atracón le quedarán endorfinas para el resto de su vida? Y… si se le agotan, ¿no tendrá más orgasmos? ¿Son inagotables las endorfinas?  Casi, casi… He llegado al supermercado. Otra vez el semáforo se empeña en cerrarme el paso.  Canalejas abajo circula el bus de la línea 3, ¿lo conduce el hombre al que atacaron la semana pasada? Arrancamos. Lo pierdo de vista. Los árboles de la Alamedilla y plaza de España me saludan. Respiramos tranquilos la banderita nos protege.

inquisitivo despertar

inquisitivo despertar

Hay una canción de Laurie Anderson -una de mis favoritas- en la que parodia los concursos televisivos de preguntitas de vasta culturilla general; en esta canción  la  pregunta  top  es: ¿Qué es más macho…?

Esta mañana, todavía con legañas en los ojos, no dejo de preguntarme:

¿Qué es más macho, el traje de armuñesa o el traje de charra?

¡al fin solos!

 

No falta nadie,  ya estamos todos: el fútbol, el egipcio del Bar del barrio, la vuelta ciclista, la crisis bancaria,  el atasco de Álvaro Gil, las niñas buenas,  los corticoles, los amigos,  la semana fantástica, los estudiantes,  la segunda recesión –agazapada entre los pliegues de la falda de Christine Lagarde-, miss piernas y sus escotes palabra de honor, los tertulianos de toda la vida en las radios,   la marabunta de las despedidas de solteritos, las casetas y las ferias, los sobreros en los chiqueros de La Glorieta,  los apocados amarillos en las hojas de los chopos, huelo el otoño cada noche en el balcón.  

 Sólo falta Mañueco vestido de charro... Eso,  mañana niños queridos. ¡Qué nervios!  

 

desafinado

Viernes  26 de agosto. Crepúsculo. Un aire lento y frío resbala por las escaleras de la Clerecía, tropieza con  el extranjero de boina negra que toca el violín en la esquina de la calle Meléndez y rueda a trompicones por la calle Compañía.   Acaba de terminar su pieza desafinada, observa las mesas de la terraza mientras riega con su aliento norteño los dedos regordetes enrojecidos por la artrosis,  sus pies un sombrero de paja, una flor pálida y algunos céntimos. Sopla la brisa y vuelve a soplar su aliento. Hoy la mujer meridional no toca el arpa. El violín solitario desgasta sus notas entre los pies de los viajeros;  rezagadas hacia la madrugada que esperan abrazados en la estrechez de una habitación de cualquier pensión.

21 de junio

 

Es una mañana sin tropiezos ni nubes. El atasco de Álvaro Gil se estampa sin remedio sobre los vehículos agitados y las manos impacientes y los pies a la deriva. La sombra de tu casa tiñe de gris la calzada. Una brisa agradecida no ayuda a arrancar.  Los pies han encontrado su hueco, avanzan perezosos. No hay rostros tras los cristales.  El río se cuela sobre el lecho del Tormes, roza los juncos y las barcas resbalan esponjosas. El aroma de la noche llega más lejos en verano.

 

telaraña

telaraña

 

 

 

Tanta expectación con la telaraña sobre la plaza Mayor: que si el Ayuntamiento deja, que si no deja, que si Patrimonio, que si peligro para la Plaza. Tanto peligro, tanto peligro para los balcones, que al final nos ha resultado una telaraña pervertida y poco peligrosa. Tal vez el peligro para los tímidos charrilandes al ver la que se le venía encima.  Ese tejido de hilos pringosos que se pegaban a la naricita, las mejillas, los pantalones, el pompis o el muslamén,  que se deslizaba a cuestas sobre nuestras cabezas gracias a las manitas de los presentes; era incómoda o juguetona según los gustos -algunos continuaron la noche con melenonas hasta la rodilla naranja  Hare Krishna-,  pero nada más. Alguno hubo que huyó despavorido al verse bajo el tejido resinoso que lo amparaba.

 

JETT LIVE

   

10 de junio, casi las doce de la noche. Más templado que las últimas noches. Los diablillos obscenos del remate de la fachada del Hospital de Estudio aprovechan la algarabía estudiantil para achucharse entre los focos, besarse tras la puerta del Patio de Escuelas, y fornicar bajo el escenario. Renate Jett  los abraza con su voz tornasolada, envolvente, serena como la nieve que cae sin viento; y los jadeos de los músicos excitan su pasión. Algo así necesitabamos después de toda aquella rabia y tanta violencia de Shalala - Erna Ómarsdóttir en el teatro de Caja Duero.

  

bye, bye love

bye, bye love

 

Como bien habrás notado, estos últimos días la pena  y la desolación invaden mis orillas. ¡Qué va a ser de mi sin Él? Camino perdida, estremecida por las orillas del Tormes. Me siento en la plaza del Comercio -su gran obra colosal de emperador romano-, admiro sus columnas y estrecho mi mejilla en la columna faraónica.

En las madrugadas de insomnio, una desolación lunática me conduce a la Plaza y como una yanqui  extraviada paseo delante del Ayuntamiento. Delante, atrás. Atrás, delante. Paso largo, lengua mustia. Un ansia espolea el corazón, esperando una luz en la ventana de su despacho que me consuele y me conduzca de nuevo a casa. Ya quedan pocos días. ¡Cómo añoraré sus exabruptos y palabras por los codos!  El sábado se cambiarán los bastones, sonarán las campanas, voltearán las banderas, Milanzarote dejará la Mariseca a la intemperie y nunca volveremos a verlo en la procesión, con su medalla de Alcalde-milagro. Ya nada será igual.

terrazas

 

Teníamos los brazos fríos, el viento ojeaba los manteles azules de las mesas. El atardecer aupaba el brillo de la noche hasta las paredes de piedra. La luz de las farolas tamborileaba sobre las espaldas de los transeúntes, sus pasos borraban las  huellas sobre las losas de la calle Meléndez. El hombre sombra fuma y espera a la puerta de la joyería.