de ferias y fiestas
Hemos mandado al polaco al Campeonato de Ferias de Petanca: Es muy tradicional, muy antiguo, tan español como el flamenco. Te lo pasarás fenomenal, es en el parque Picasso, una zona muy interesante. Pero no tragó, que a él le gusta el flamenco -decía- y quería ver a Raimundo Amador. No hubo manera de librar la mañana del sábado y quedarnos en ese monolingüismo que tan bien nos sienta. Es lo que tienen los novios, unas siempre suspirando por ellos y cuando les tienes buscando artimañas para feriar y respirar sin la testosterona al lado. No hubo manera, él empeñado en ver a Raimundo Amador, que si le gusta el flamenco, que si había tocado con Bjork y BB King. Acabó de porteador en el super para escarmiento y a la noche de perchero de bolsos en el concierto del gitano, y sin vuelta por las casetas.
Misombra se fue al evento estrella de miLanzarote para estas ferias y fiestas: el homenaje a Vicente del Bosque en la plaza Mayor. Allí hubo de todo: escenario con flores y multimedia, discursos, y hasta sillas para el respetable. Venía asustada de tanta emoción contenida, tanto recuerdo en los labios y del fino lagrimillo que rodaba mejilla abajo de miLanzarote.
Raimundo se mantiene en forma y nos cantó aquellas de Pata Palo es un pirata malo... Ya no puedo mirarte ya, ya no puedo mirarte ahora.... Bolleré te quita la pena.... El polaco mira embelesado pero no baila. Ay que gustito pa mis orejas...
2 comentarios
emma -
y el mercado medieval... Mañana le cuento que no son horas.
Toisaras -
! Que pedazo de Ferias ! como hemos disfrutado mi santa y yo, ha sido un no parar, venga de panceta, venga de calimotxo, y venga de jiji y de jaja...
Bueno y lo de Vicente del Bosque, un puntazo.
Mira que me gusta a mi la gente así en tromba por la calle Toro, Zamora, el Mercado Medieval que sitio tan poco visto y que animación
parecía todo tan real. Vendían de todo, de todo, de todo. Hubo un hombre vestido como de Guillermo Tell que quiso venderle a mi santa, la pulsera de Sara Carbonero !que majo! que medieval todo y que emplazamiento. Nada de buscar la orilla del Tormes junto a la iglesia de Santiago y el Puente Romano. No, esta vez al ladito del Cortinglés, de esta forma se auna lo moderno con lo clásico. Todo de lo ecléctico.
En fin, que el disfrute ha sido morrocotudo. Siento que falte un año entero para volver al baño de grasa y masas, es tan diver...
Mis orejas tambien se alegran y sienten que cese el agradable ruido de ltavoces, y equipos de música varios así como la animación siempre marchosa de los músicos callejeros.
Es una lástima tener que volver a pasar mas tiempo en casa, una vez que cesan tan animadas fechas.