juguetito
Cuando menos te lo esperas, cuando nada pedías y te conformabas con carbones y un roscón relleno de nata, baja la sorpresa por la chimenea y te dejan un iPad, negro grafito, “pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos” que me tiene encandilada. Los días transcurren veloces pegada a su pantalla, más desquiciada que silente, con un látigo afinado tratando de poner orden entre tanta aplicación que se desmarca sola –cositas de esta mente predigital—, añorando aquellos lejanos tiempos del MS-DOS marcados por un largo listado de instrucciones que había que aprenderse de memoria como la lista de los reyes godos: cd dir, rd dir, md dir..., que ahora se solucionan con un click o deslizando suavemente el dedito por la pantalla del juguetín. ¡Cuánto manoseo, por dios!
4 comentarios
emma -
Ana -
emma -
Hyde -