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Emma B. El diario de una chica de provincias

desatinos

Hay semanas que una espera detrás de la puerta abrazada a Misombra, temiendo que el vello se erice del revés y acabé perforando los capilares, que esas mariposillas en el estómago -propias, dicen, del enamorado- se lancen a recorrer mundo y se instalen en el cerebro, o que postulas sanguinolentas crezcan en manos y espalda. Sin embargo suceden presusoras, en ritmo monocorde, sin sustos; comienzan como la nieve del martes fría y compacta pero que un airecillo cálido deshace hilillos de agua.

2 comentarios

emma -

abrazo recibido y una gran, gran sonrisa. lo del pelo fuera de la cara ya es otro cantar, es tozudo mi pelo.

Toisaras -

Por si lo que Ud. necesita, es un abrazo.
Yo, con su permiso la abrazo, fuerte, fuerte..., retiro el pelo de su cara y la veo sonreir.