vuelvo
...al ritmo de los Ramones que, también, nunca se han marchado.
...al ritmo de los Ramones que, también, nunca se han marchado.
Siempre con buen gusto y mejor tino, la pequeña Donnadieu me ha regalado el último libro de Jenny Offill, ´Departamento de especulaciones´. Novelita en la que una americana anónima, residente en Brooklyn, fragmento a fragmento reconstruye la prosa del día a día con rara mezcla de ternura y distancia (Menéndez Salmón dixit) y de la que los señores del New Yorker han dicho: “Poderosa… Exquisita… Una novela maravillosamente difícil de encuadrar”. Comparte con nuestra ’Emma B. Diario de una chica de provincias’ esa visión fragmentaria de nuestra vida cotidiana y el vicio de las citas de sus autores favoritos. Misombra dice que tanto mundo infantil y mariditos infieles le dan sed. Y nosotros le decimos a la prima de Brooklyn: “Vente pá Madrid”.
"Volveré a los bailes cuerpo a cuerpo, a los besos secretos bajo el aguacero tormentoso en una noche sofocante."
CONTRAPORTADA de
EMMA B. DIARIO DE UNA CHICA DE PROVINCIAS
Librería Joyería La Nave. C/ Compañía, nº 14. Salamanca
Sección "Salamanca en los libros" en la Librería de El Corte Inglés. C/ María Auxiliadora, 71. Salamanca.
Librería Cervantes. C/ Azafranal, 11. Salamanca.
Librería Hydria. Plaza de la Fuente, 17. Salamanca
Librería La Marabunta. C/ Torrecilla del Leal, 32. Madrid.
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Queridos Reyes Magos:
Después de años de plegarias ronroneantes, listas insensatas y creencias sin grietas, siento que la ingenuidad se ha ido a criar malvas. La culpa no es mía, pero a la vista está, los resultados cantan: los amores piadores son fugaces, la felicidad en tragos cortos y por puntos, los picaflores carceleros acechan con sus pistolas de láseres paralizantes y, por si fuera poco, los cuervos cenizos han tomado las riendas del planeta.
Pero como soy una provinciana tenaz y me he portado estupendamente vuelvo a la carga una vez más, y os pido un año de amores piadores, la felicidad a mordiscos, los amigos a bandadas y una cabeza a pájaros; que me libréis de los picaflores que me quieren en una jaula, y de los buitres carroñeros siempre al acecho.
Desgranar el corazón a bocajarro en noches de cielo ardiente, bajo el ciprés sin sombra de la plaza de la Libertad. Las cucarachas repasan tus zapatos.
Domingo. San Fermín. El sol ha salido a las 6:58 y se pondrá
a las 21:57. Delirio entre los pajarracos. Poca animación
en las rebajas. Ambiente familiar: juveniles en shorts y mamás
en bermudas. Ni parejas, ni hombres percha que curiosean
bragas y sujetadores de encaje, lunares en el muslo y tatuajes
en el trasero, a través de las puertas entornadas
de los probadores. Ni un piropo en toda la mañana.
La lluvia calcina los deseos. Tu reflejo en el charco es alargado.
— EMMA B (@Emma_B_sa) June 18, 2013
La sombra de tus mejillas refresca mis muslos calurosos y azulados. ¿Qué tiene este día? Perfume de rebajas.
— EMMA B (@Emma_B_sa) June 15, 2013
A veces descorro la cortina. Interrogo a las antenas, a los pájaros extraviados, a la veleta del campanario. Ningún mensaje. WhatsApp suena.
— EMMA B (@Emma_B_sa) 8 de junio de 2013
Demasiadas preguntas me han desterrado al congelador. "Era el tipo de pedante que para contestar una pregunta necesita espacio". J D Salinger.
Nada de deseos estupendos: amores a mordiscos, amigos a bandadas, felicidad...,
este año se impone el "reality show".
Seguramente lo adecuado sería decir que no soy supersticiosa, que no creo en el mal fario del 13 pero no puedo… Sí, lo soy, creo en la mala suerte del 13, incluso trato de evitar poner esa fecha en cualquier texto -cruzo los dedos-. Con semejante perspectiva del inevitable año trece no ha quedado otro remedio que cumplir todas las tradiciones, hechizos, exorcismos: comenzar el año con pie derecho, vestir de rojo y dorado en plan christmas tree, felicitar el año a mis queridos niños gritando:
¡FELIZ AÑO!
Deseando que todos los deseos se cumplan: la felicidad duerma a nuestra verita cada noche, el deseo se repantigue en el sofá, el dinero no quepa en el congelador y los amores no paren de dar vueltas y vueltas en la lavadora.
¡Chin, chin!
Esta mañana he terminado las cerezas, me las he comido todas en monodosis, estilo coitus interruptus que casi me cuesta un grave padecimiento. Cada mañana desayuno con las noticias picoteando la magdalena, estos días le añadía un entremés de cerezas, tal combinación ha tenido efectos sorprendentes: que la roja ha triunfado, varias pepitas enjaezan unas sevillanas en el aire antes de dormir la mona; que bolsa y la prima de riesgo patean a míster Dragui y tocan a rebato, las pepitas afilan la trayectoria más corta para hundirse en el cubo de la basura; que se cumplen 120 años del nacimiento de Kafka, pasitos de escarabajo exploran mi paladar, resbalan lengua adentro camino del esófago huyendo de mis toses y atragantos. Un electricista, padre de familia, del Milladoiro esconde en el trastero el Códice Calixtino dentro de una bolsa del mercadona, y un millón de euros en una bolsa del corte inglés, y varios incunables para seguir haciendo caja; vuelvo a mirar la caja, vacía, abro la nevera, las cerezas han desaparecido, solo queda el café mirándome con mueca de extremaunción, ojos de adiós. Mañana, melocotones.
Las horas liquidan sus registros entre liquidez inmediata, prudencia contable, provisión de fondos, primas de riesgo, gestión continuada, diferencial de riesgo, 459 puntos básicos, anualidad, imagen fiel, ajustes, ejercicio presupuestario, periodificación, valor residual, operaciones, diferidos, reclasificación temporal, desviaciones, inmovilizado, demérito, corto plazo, valores, insolvencias, devengo, plan, precio de adquisición, financiación afectada, operativa, provisiones, valor venal, imputación de la transacción, solvencia, endeudamiento, saldos, anticipos, indicadores, caja, esfuerzo inversor, gasto diferido, desconfianza de los mercados, provisiones, regularización, tecnócratas en los gobiernos, planes de rescate, sobreprecio y cierre contable.
La noche cancela el saldo amapola de tus ojos.
Sin internet hasta el 22 de agosto. ¡Vacaciones!
Otro día más sin ver el sol y van siete. La alegría de la mañana la pone la Bolsa que baila subyugada por la promesa de compra de deuda europea de China y Japón. ¿Qué harán ahora los gringos? China saca a paseo sus "perros" militares.
Otra mañana más, desde que el sábado la volví a escuchar en el Mundo Babel después de no sé cuantos años, canturreo la que era mi canción favorita cuando los besos eran una ficción del tamaño de las aventuras de la Nancy. ¿Quién habrá sido el capullo que me afanó el disco? Otro día más que escucho The only living boy in New York.
Limpié los botines con desvelo, dejé una copa del Peruchi en el balcón y me acosté antes del final del partido del BarÇa – Bilbao. Esta mañana todo seguía intacto, ni un sorbo..., los camellos y los Reyes han pasado de largo. ¿Será que me hado invisible? A misombra le han traído un libro de cuentos: “El gran inquisidor y otros cuentos” de Dostoievski. Lleva toda la mañana canturreando que no me lo presta. Así que mañana voy a Víctor Jara y arraso las estanterías. Nada de rebajas. Y que se fastidie.
El egipcio ha echado la tranca al bar de la esquina: "Vacaciones del 22 de julio al 23 de agosto"; ya no puedo tomar mi aperitivo con pan árabe. El solazo gratina los geranios floridos, asa vuelta y vuelta el raquítico aloe. La noche de luna llena tuesta mi cuerpo a golpes de calor. Y yo..., con abanico y sin pantalla total.