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Emma B. El diario de una chica de provincias

en provincias

charri nieve

charri nieve

lunesito amoroso

Hay que ver, qué contento va MiLanzarote a trabajar con su santa de la mano. Y eso que era lunes. ¡Qué bonito es el amor! Ahora que madrugar, no madruga.

el tinte

MiLanzarote ha quedado encantado con las fiestas de este año. Intrépido como siempre nos ha dejado claro que "han sido las mejores fiestas de la historia de la ciudad", así me gusta él, torero. Tan sólo ha bajado la participación en el baile de casetas, un 3% menos, al que hemos contribuido Misombra y yo. Este año boicot, ni una raspa de beicon con Cigales.

Como sólo trabajamos los pinchos de “a cubierto” nos apuntamos a la ruta jacobea del Vino Diario al Majuelo, y vuelta. Lo peor es que no gano para el tinte. En cada parada una manchita de salsa, aceite... tiene la habilidad de chocar con mi ropita sin que los caballeros inexistentes se comporten como mandan los cánones.

Al amigo invisible le cae una mácula de café con leche en el traje, y toda la plana mayor femenina de la notaría se vuelca con la manchita: que si le froto con esto, que si le soplo delicado, que si una pizca de agüita... Y él escapa trastabillando, con las manos mudas y cara de farolillo rojo. ¡Dios, qué país tan mal repartido! Ya lo la dicho Díaz Ferrán: hagamos un paréntesis en el libre mercado, qué intervenga el Gobierno.

¿Cuál fue el pincho de Ferias favorito de MiLanzarote? Banderilla de lagarto con espuma presumida me susurra Misombra que aprovecha cualquier momentito para hacerse notar –un clásico.

charrifiestas

No empezamos con buen pie. A este paso veremos el encendido del real de la feria bajo los paraguas y si la ventolera racheada –la cola del huracán Gustav- no tira por tierra la charrifachada instalada a la entrada de la Aldehuela. Más de alguno habrá reforzado las uralitas de la caseta ante las nortadas del día, y encendido unas velitas para que el invierno no se instale ya! Claro, que bien mirado tiene su ventaja, los vapores de aceites recalentados, panceta requemada y chorizos tostados despegan a propulsión. Y señores, la calle Compañía con lo linda que es, mejor solitaria y vacía.

Las de la buhardilla acabamos de prender varias bombillitas de las que ha quedado en regalar nuestro ínclito Sebastián a Santa Bárbara para que escampe cuanto antes, y Milanzarote pueda lucir con garbo su traje charro en la marcha procesional del domingo.

¡Por dios, invierno, NO, aún! Si no he llegado a calentarme.

charricity

charricity
Del patio oscuro y solitario refugio de gatos y perros, y de las intrigas de los Maldonado, a los decibelios vibrantes y luces de colores.

(gracias a El viajante por su bonita foto)



sábado

“El subdirector del Buró de Turismo de Pekín ha prohibido a los restaurantes de la ciudad que sirvan carne de perro durante los Juegos Olímpicos. Deben evitarse los conflictos, ha dicho Xiong. La prohibición estará en vigor hasta el mes de septiembre...”

En ese momento decidí bajar de las montañas, tirar por los riscos los sueños de una madrugada heladora de julio, y apagar la radio. Es hora de desayunar. Nada de chinos por hoy.

Abro la ventana despacio, afuera amenazan nubes y lluvia de otoño. Vuelvo a la cama con el estómago lleno y los ojos cargados. Un coche baja por la calle con las ventanillas abiertas y música salsera a todo trapo. Esto parece New York. La sirena de una ambulancia grita veloz dos calles más abajo.

Un rato después leo en La Gaceta que “Cultura enviará este mes siete cajas más a Cataluña”, a mi Lanzarote le han chafado sus vacaciones. Últimamente, este hombre no levanta cabeza.

intercambio de fluidos

Al primero lo vi hará cosa de mes de medio pegado al panel de información municipal en la Avda. de Salamanca, cerca de Carrefour. “¡Ah, y éste! ¡Qué raro!”, pensé pero iba en coche, el semáforo se puso verde y tuve que largarme.

Unos días más tarde —todavía hacía un fresco de perros y llovía bastante, lo recuerdo porque mi paraguas estaba a puntito de romper— en el panel que hay en la Avda. de Comuneros bajo el puente del ferrocarril, me encuentro con otro del mismo tipo, pero no decía lo mismo. Me gustó lo que contaba. “Del festival de las Artes”, me dije. Llegó el festival pero nada de máquinas visionarias, ni compras o ventas más allá del habitual taquillaje.

Poco a poco comenzaron a verse por toda la ciudad. Los más grandes en paneles de información municipal, algo más pequeños desperdigados por vallas de obras, tapiales o huecos de ventanas, y los pequeñitos en los bares o de mano en mano.

Ahora están por todos lados, en la valla de la obra del Gran Hotel, en las barras de los bares, en los rincones más inesperados, y en el DA2. Sus autores: SPS Sociedad Psicogeográfica de Salamanca

VENDO
MAQUINAS VISIONARIAS / QUE TATUAN EN TU ALMA LA NECESIDAD DIARIA / DE TOCAR PIEL METALIZADA DE COLOR MALVA / PIEL DE NOCHES GANADAS A LA NIEBLA Y A LA HELADA / PIEL AJENA QUE EN SU ESCALOFRIO TE GUARDA / PIEL CON PINTURA DE PLUMAS / QUE SON COSQUILLAS DE CREMAS AFRODISÍACAS / QUE POR TU PIEL DE ESPONJA VIBRADORA SE DERRAMAN

¡qué tiene este día!

¿Qué tiene este día? Era cálido y azulado. Poco a poco se ha ido tiñendo de blanco y el fresco da la vuelta a las esquinas antes que las sombras. Está lleno de ruidos desagradables: las bocinas de los camiones por el Paseo de Carmelitas, el trastear de las bombonas cerca de la calle Arapiles, el martilleo de los teclados en la oficina del banco, la voz incansable de la mujer anuncio en la terraza del reloj, el claxon nervioso de un volvo encerrado entre dos furgonetas en la plaza del Mercado, la sirena de la ambulancia de las seis.-

de las antípodas

Lemi Ponifasio inauguró el IV Festival de las Artes. No se qué le habrá parecido a mi Lanzarote, que estaba hecho un pincel en su palco de honor, con su bigotillo recién peinado. Aplaudir aplaudió —que no le quité ojo— con seriedad y discreción como se tercia en la autoridad, pero no sé yo, no sé...

Mis compañeras de filas y una, que somos discretas señoritas de provincias, nos levantamos hechas un ovillo de dudas. La pregunta de la salida era: ¿A ti, esto que te parece que era? Y de ahí respuestas mil: la creación, el fin del mundo, el eterno opresores-oprimidos, la lucha del bien y del mal.

Todo tiene su explicación, queridos niños: acababamos de salir de un hora y media de no-palabras, nada de melodías musicales, la música más en la onda ruido, y gritos, muchos gritos desgarradores –hay que ver como se desgañitaba la muchacha-. Y claro, tras tanta oscuridad, las luces todavía no alumbran.

El programa cuenta que Ponifasio en Tempest II se inspira en la geografía de la obra Shakespeare y en el pensamiento del filósofo contemporáneo Giorgio Agamben para mostrarnos un diálogo reivindicativo de los derechos humanos. La verdad, lo de la geografía de Shakespeare así, sin texto, se me escapa, la filosofía de Agamben la desconozco, tan sólo los parias avasallados eran realmente evidentes y turbadores.

Lo mejor, los actores: su dominio del cuerpo, su plasticidad; las entradas de los señores de negro y los sonidos al hacer chocar sus manos contra el cuerpo. (La verdad, me acordé de Valle-Inclán).

23 de abril

 

 

El asfalto mojado y el aire cargado de nubes. Las cigüeñas no dejan de picotear en los aleros de piedra. Los pasos resuenan en la calle Compañía.

“Chocamos al doblar la esquina. Yo voy deprisa, con la cartera y el paraguas colgado del brazo porque, aunque ahora por la tarde no llueve, por la mañana cuando he salido de casa, caía una lluvia que amenazaba durar hasta la noche”.

Luce el sol, el aire ligero de luz hace brillar miles de portadas de libros bajo los arcos de la Plaza. Arthur Schintzler me tienta pero demasiado viejo. Demasiados zafones, muchos Noah Gordon, una invasión de Harry Potter. “¿No tiene algo de vampiros?”

Libros de viejo con portadas enteladas, sobadas por manos inquietas, amigas o, tal vez, lascivas; palabras subrayadas señalan un pensamiento, un deseo, una pregunta, alguna luz. Bajo los arcos borbónicos me decido, nada de novelones, algo corto, breve. Más complicado de lo que pensaba, abundan los deseos entre enaguas y los sombreros sin cabeza. No le doy más vueltas, aquí al lado mi admirado Cortázar, un impulso, un recuerdo: ocho caras, ocho cuentos, cinco euros y ya tengo Octaedro.

 Me arrimo a los Mil cretinos del señor Monzó, y sus palabras me agarran del brazo “Es un bar importante, de renombre en el barrio, quizás con el mejor jamón de Barcelona, y unos codillos al horno —cocinados con cebolla, tomate, pimienta, vino blanco y coñac- de altísima calidad.” Definitivamente, tengo hambre. Nos vamos a comer.

“A vos que me leés, ¿no te habrá pasado eso que empieza en un sueño y vuelve en muchos sueños pero no es eso, no es solamente un sueño? Algo que está ahí pero dónde, cómo; algo que pasa soñando, claro, puro sueño pero después también ahí, de otra manera porque blanco y lleno de agujeros pero ahí mientas te cepillas los dientes, en el fondo de la taza del lavabo lo seguís viendo mientras escupís el dentífrico o metés la cara en el agua fría, y a , y ya adelgazándose pero prendido todavía al piyama, a la raíz de la lengua mientras calentás el café, ahí pero dónde, cómo, pegado a la mañana, con su silencio en el que ya entran los ruidos del día”.

 


en campaña

en campaña

La niña de Rajoy ya tiene padrino!

(Los grafiteros en campaña atacan de nuevo al lado de la facultad de Bellas Artes)

de nieblas al sol

Pasan de las doce de la noche. La niebla apenas deja ver las fachadas de la calle Libreros, ni la cara del dandy que acaba de pasar. La niebla humedece los músculos apelmazados y resecos después de recordar en El beso de Judas “el otro lado del jardín” que Wilde había querido conocer, Gide dixit.

Al sol del domingo, la niebla ha desaparecido. Un ‘gardel’ pálido, de cara afilada, barba rala y sombrero de compadre canta lo mismo La bien pagá que Mediterráneo o Volando voy, en la terraza del Novelty, acompañado a la guitarra por un moreno alargado, barba profusa y gafas estrechas de pasta negra en el más puro estilo de progre del 75, puesto al día por su melena de rastas antiglobalización. Un tipo todo ojos desenfundados, mirada demasiado fija, con pinta mezcla de escalador del Everest y vagabundo, no para de moverse bajo el soportal del Ayuntamiento: adelante y atrás, atrás y adelante, con pasos cortos y rítmicos se entrena para su próxima escalada. Los domingueros en sus sillas al sol aflojan sus monedas al cantante de voz aflamencada, antes de que la niebla borre sus huellas.


la tostadora

Es ligera y manejable, bien proporcionada, con suaves curvas. Tiene diseño de los felices cincuenta, toda ella de color azul cielito lindo. Es la tostadora de Espe, el regalo navideño del PP de Madrid. Ya la tiene Gallardín, Acebes, y los altos gerifaltes del PP y, por supuesto, Mariano Rajoy. ¿La tendrá mi Lanzarote? Espe, querida, la necesita con urgencia. A este hombre le hace buena falta desayunarse a golpe de logo del PP, con gaviota y todo, grabado a fuego en las tostadas para recordarle aquello de: ¿quiénes somos, de dónde venimos, a dónde vamos?, dejar de ser el hombre díscolo del partido y dar marcha atrás en el subidón de los impuestos porque ese paripé de rebajar un chisco el billete del autobús suena a poco. Aunque, la verdad, creo que mi Lanzarote necesita algo más que un empacho de tostadas a la gaviota para dar su brazo a torcer.
Es tan mona y alegre..., ¡quiero una! Ya he colocado mi mejor calcetín de ganchillo blanco en la chimenea para que Papa Noel no olvide regalarme la preciosa tostadora.

paseo de domingo

Mi Lanzarote lleva una temporadita en boca de todos entre los últimos affaires urbanísticos y el subidón tributario, con manifestación domingo sí y domingo no; ha comenzado la legislatura en su más puro estilo con tronío y el bigote por delante, ni atiende a las razones de Mariano — que se propone hacernos llegar a fin de mes como sea, aunque en charri city lo va a tener crudo—. De nada le ha servido el folletín “Mejorando Salamanca con el esfuerzo de todos” y la misiva tan explicativa que el señor Teniente Alcalde nos ha remitido a todos los contribuyentes, en la que nos pide un “pequeño esfuerzo adicional para continuar mejorando Salamanca” y se despide con un “Esperando contar con tu compresión” que parece no haber cuajado entre el vecindario, vista la tropa que el domingo llenó la plaza mayor. Con otra cartita y otro domingo de descanso llegamos a los sesenta mil charros en pie.

noche cerrada

La madrugada era inquieta y delgada, a las siete menos cinco tocan a misa en la iglesia de María Mediadora. Los estorninos despiertan libertinos, revueltos en sus refugios improvisados en los árboles del paseo y en las antenas de Telefónica. Por las aceras mojadas y vacías ni un alma acude a la llamada eclesiástica, ni un paso resuena en la calle de La Esperanza.

A las siete y veinte una sirena ulula impaciente en la calle sin semáforos. Ahora los estorninos pían excitados y temerosos, gritan alocados desde sus guaridas nocturnas, despiertan a madrugadores y remolones. La mujer cereza revuelve el café y toma aliento en su cocina de azulejos salmón, otra vuelta más a la cucharilla. “¿Será un centauro, la diosa Merytseguer o una sirena?”. Sin embargo no logra imaginar el embrión híbrido creado de una célula humana y un óvulo animal.

En el atardecer caluroso, entre cantos de sirenas, semáforos en rojo, pasos agitados y el sonido de los cauchos contra el asfalto recalentado, los trinos de los estorninos saben a madrugada.

viaje

Otra vez con la maletilla a cuestas, no con “el maletilla” ¡ojo!, sino otro pelo me luciría, más enamoriscado, al menos. Aparte del pantalón, un miniparaguas, jersey, muda y neceser, no olvidar el libro “Carta abierta a una chica progre”, del señor Umbral, por esto del homenaje póstumo –aunque no pertenezco al club de fans—, porque no he vuelto a leerlo, y porque fue mi favorito en los años de tedio y plateresco.

“Te miro en tu provincia de tedio y plateresco, aquel itinerario entre el colegio de monjas y el cine de los sábados, paseos con el primer novio entre los álamos del río, y el beso que te dio, o su mano en tu pecho, cuando la naturaleza toda, el universo, el puente romano y los ojos del agua miraban tu pecado original”. Francisco Umbral. Carta abierta a una chica progre.

topogigio



Mi amiga Luchi se ha salvado por los pelos; apenas dos centímetros a la izquierda y uno de los topillos aterriza en su escote. Es lo malo del oficio de quitagrapas funcionaral, uno está expuesto a las iras del público sin chaleco antibalas, ni casco. Ha sido tal su shock que lejos de cabrearse con los agricultores protestones que fueron a darle la mañanita al señor de Vega en su Delegación, ha caído de bruces en una especie de síndrome de Estocolmo que los defiende a capa y espada.

—Imagínate miles, que digo millones de topillos a carreras por las calles de tu pueblo, comiéndote los gladiolos, asomando entre las tiras de las sandalias... Yo no podría vivir. Así están los pobres por Las Villas... Y en Peñaranda no se puede ir a la piscina, al menor descuido te suben por el muslamen.

Una que volvía de la limpita Ámsterdam, no estaba para guarradas. No lograba imaginar manadas de roedores retozando en los parques, tomando la fresca o pasando la tarde en la piscina. Con el nervio aguijoneado pensando en el concierto del amigo Brian Ferry unas horas más tarde, los roedores me parecían de otro mundo, de un mundo medieval temeroso de la peste.

En el escenario del nuevecito centro cultural Miguel Delibes, puntual como un inglés y hecho un dandy apareció Mr. Ferry —tan sexy con su ojo medio caído y piernas de vértigo— acompañado por ocho músicos de todas las edades y dos chicas en los coros. Hora y media de concierto en la que nos transportó a los años de Roxy Music con su famoso Avalon, y aún más atrás con las versiones de Knockin’ on heaven’s door o The times they are a changin’ del gran Dylan, a sus canciones melodiosas como More than this, a las más cañeras como Let’s stick together, para una vez que comenzó el baile de su público madurito y entregado cantar aquello de Don’t stop the dance, y ya pudimos dejar de bailar en escaleras y butacas. Solo una ausencia su versión de Falling in love again.

Al volver del concierto, aún con la miel en los labios, a cada poco un topillo solitario y audaz cruzaba como una bala la autovía de Castilla. ¡Son ellos ya están aquí! Los primeros avezados explorando nuevos territorios que esquilmar; directos a mis bulbos de tulipanes, o peor a mis canillas.

vacaciones

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Fuente vuelta y vuelta.

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Vuelvo en 5 minutos...


análisis electoral

El señor animal político padece de duelo en este lunes soleado en el que “todos han ganado”, y los niños de salmancablog ofrecen camisetas en plan atizarse con el látigo: “Lanzarote Otros Cuatro Años Más” —me pido una en negro y ajustadita—. Y mi Lanzarote guarda en su caja de Pandora los astutos consejos del florentino: “Dedíquese, pues, el príncipe a superar siempre las dificultades y a conservar su Estado. Si logra con acierto su fin se tendrán por honrosos los medios conducentes al mismo, pues el vulgo se paga únicamente con exterioridades y se deja seducir por el éxito.”
El Príncipe. Nicolás Maquiavelo.